En resumen...
Me senté ahí frente al lama tibetano, vestido con mi túnica marrón después de años de haber estado estudiado budismo. «Con todo respeto –dije–, no creo que el Buda alguna vez haya querido que sus enseñanzas se volviesen ASÍ de complicadas».
Mi maestro echó un vistazo alrededor y miró todas las estatuas de deidades de múltiples brazos. Se rio entre dientes: «¡El Buda no hizo esto! Fue la cultura tibetana, ésta es su manera. ¿Por qué no pruebas el zen? ¡Creo que te gustará!».
Hice una reverencia al salir del templo, me quité la túnica y me mudé a un monasterio zen lejos de casa. El zen era más simple, eso era cierto (las paredes eran blancas y eso me encantaba), aunque las enseñanzas seguían estando repletas de todo el dogma que me había hecho huir de la religión en primer lugar.
Ya existen demasiados libros formidables que tratan sobre todos los aspectos de la religión, la filosofía, la psicología y la física, pero yo estaba buscando algo menos «académico», por así decirlo. Buscaba algo inspirador, algo que la gente de hoy no sólo llegase a leer hasta el final, sino que además pudiese comprender y utilizar en su vida cotidiana. Imaginé una guía para ser feliz, tan simple que sólo contuviera dos palabras: «Sé agradecido».
La gratitud nos hace apreciar lo que tenemos y ésta es la idea principal de Campo de entrenamiento budista.
Los breves capítulos expresan todo lo que he aprendido a lo largo de los años en una forma fácil de comprender y sin necesidad de tener conocimientos previos sobre budismo. De hecho, este libro no se trata de convertirse en budista, sino de ser un buda.
Es posible (y no supone ningún problema) ser católico, musulmán, ateo o judío, por ejemplo, y sentirse inspirado por las enseñanzas del Buda. Se puede amar a Jesús, repetir un mantra hindú y seguir asistiendo al templo después de meditar en la mañana. El budismo no supone amenaza alguna para ninguna religión. Al contrario, fortalece la fe que ya hay en ti al irradiar el amor para que éste incluya a todos los seres vivos.
Un campo de entrenamiento ofrece un método para adiestrarse y el budismo trata precisamente de entrenar a la mente. Mucha gente dice no tener tiempo para meditar cada mañana, pero no por eso deja de buscar una guía espiritual libre de dogmas y rituales. Eso es justamente lo que brinda este Campo de entrenamiento budista en un formato breve y fácil de digerir.
Ahora eres un soldado de la paz en el ejército del amor, bienvenido al Campo de entrenamiento budista.
Tu hermano,
Timber Hawkeye
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