Algunos escritores persiguen dragones o escriben historias de hombres lobo aullando en momentos convenientes de la trama. ¿Yo? Estoy irrevocablemente enredado con vampiros, esas criaturas eternamente elegantes que han dominado tanto el arte dramático de usar capas como la introspección existencial. Mi serie Otherworld Vampires (ubicada dentro del universo de Bending Nature) me permite explorar cada rincón sombrío de la narrativa paranormal, desde antiguas disputas de sangre hasta políticas sobrenaturales que hacen que las elecciones mortales parezcan completamente triviales.
El Libro 2 acaba de emerger de su capullo literario y está listo para hundir sus colmillos en nuevos lectores, mientras que el Libro 3 consume cada momento de mi vigilia (y bastantes momentos que técnicamente deberían estar dedicados al sueño). Si mis cálculos con cafeína son correctos, debería materializarse en los próximos tres meses, suponiendo que mis personajes dejen de discutir sobre giros argumentales en mi cabeza el tiempo suficiente para que pueda escribirlos.
Leer más
Leer menos