Mi nombre es Gitana Andujar y nací en el hermoso pueblo de Bayaguana, en la República Dominicana. Mi infancia estuvo llena de desafíos y sacrificios, ya que provenía de una familia de escasos recursos. Sin embargo, desde muy joven, supe que mi determinación y pasión me llevarían a alcanzar mis sueños.
Crecí junto a mis tías y mi madre, quienes trabajaban arduamente para sostenernos. A los nueve años, nos mudamos al ingenio Consuelo, en San Pedro de Macorís, donde enfrentamos dificultades económicas y escasez. A pesar de las precariedades, nunca perdí la esperanza y encontré formas ingeniosas de generar ingresos, como vendiendo productos y buscando oportunidades en el mercado.
Mi vida dio un giro inesperado cuando conocí a mi padre a los doce años. Aunque no lo había visto antes, me di cuenta de que éramos increíblemente parecidos. Mi padre era un hombre exitoso, dueño de supermercados, fábricas, restaurantes y edificios. A pesar de la ironía de mi situación, aprendí valiosas lecciones de lucha, perseverancia y superación gracias a la adversidad que enfrenté en mi infancia.
Mi tía Amparo, una maestra de profesión, se convirtió en una figura clave en mi vida. Junto a su esposo, Novel, tenían un colmado y una situación económica más estable que el resto de la familia. Pasé momentos maravillosos en su casa en El Guanito, aprendiendo lecciones de vida y disfrutando de la abundancia que se encontraba en la sencillez.
Con el tiempo, mi madre conoció a un hombre excepcional que se convirtió en mi padrastro. Su llegada trajo un cambio radical en nuestras vidas. Linares, como se le conocía, era un hombre con un fuerte carácter pero un corazón noble. Me educó y me enseñó la importancia de ser una mujer fuerte, educada y autosuficiente. Siempre me decía que el conocimiento era poder y que nunca debía depender de un hombre por dinero.
A los catorce años, me enamoré de un chico del barrio, lo que generó conflictos entre mi padrastro y mi madre. Aunque esa historia de amor estuvo llena de pasión y engaños, comprendí con el tiempo que todo sucedió por mi propio bien. Estas experiencias me moldearon y me enseñaron a ser fuerte y a tomar decisiones basadas en mi propio crecimiento personal.
A los diecinueve años, mi padre y mi abuela paterna me brindaron la oportunidad de mudarme a Estados Unidos. Llegué a Nueva York en 1997, con sueños e ilusiones en mi corazón. Fue un nuevo comienzo en un país lleno de oportunidades. Mi adaptabilidad y mentalidad de gitana me permitieron enfrentar los desafíos con valentía y determinación.
Mi vida en Nueva York no fue fácil al principio. Vivía en un pequeño apartamento en Downtown, conocido como "La Pequeña Italia". A pesar de las limitaciones, encontré la fuerza para adaptarme y seguir adelante. Cada día, me esforcé por aprender y crecer, aprovechando las oportunidades que se presentaban.
Hoy, puedo decir con orgullo que soy una mujer empoderada y exitosa. Mi carrera en bienes raíces me ha permitido alcanzar la estabilidad financiera que siempre soñé. Además, comparto mi pasión y conocimientos a través de guías y consejos a mis clientes, brindándoles la misma energía positiva y perspectiva de vida que me ha llevado al éxito.
Mi historia es un testimonio de la capacidad de superación y el poder de creer en uno mismo. A través de todas las adversidades, aprendí a utilizar la inteligencia emocional, la disciplina y la fe como herramientas fundamentales para alcanzar mis metas. Mi lema de vida es simple pero poderoso: "Si yo puedo lograrlo, tú también puedes".
Te invito a sumergirte en las páginas de este libro y descubrir cómo puedes aplicar estos principios en tu propia vida. Permíteme ser tu guía y motivación para que logres la abundancia y el éxito que mereces. Recuerda que cada obstáculo es una oportunidad de crecimiento y que tienes el poder de transformar tu vida. ¡Confía en ti mismo y avanza con valentía hacia tus sueños!
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