Hijos de Aliento

Su coraje cubrió el miedo de su hermano. Sus sacrificios se dispararon por el pecado del pueblo. Su voz llevaba las palabras de Dios. Moisés se separó del Mar Rojo. Pero en su sombra estaba Aarón, un hombre que simboliza para siempre a nuestro gran Sumo Sacerdote. Sea desafiado por este hombre fiel cuya historia nunca debemos olvidar.

Un hombre de fuego, cuyas palabras agitaban el corazón de los hombres. Un hombre de acción, cuyo coraje salvó la vida de los hombres. Un hombre de fe, cuya pasión lo llevó a Dios. Josué sucedió a Moisés como líder de la nación. Pero fue el celo de Caleb lo que empujó al pueblo a poner su fe en acción. Sea desafiado por este hombre fiel cuya historia nunca debemos olvidar.

Su celo lo llevó a la batalla Su fidelidad le valió el honor entre su pueblo Su humildad lo llevó a la amistad con el hombre que se convertiría en rey en su lugar David era un hombre por el corazón de Dios. Pero fue el coraje y el desinterés de su mejor amigo Jonathan lo que abrió la puerta al gobierno de David. Un hombre de honor y profunda fe.

Un hombre de soledad, que se sentía como en casa entre las colinas. Un hombre de convicción, que escuchó cuando Dios llamó. Un hombre de fortaleza, que habló con una nación dispuesta a escuchar. Los israelitas se rebelaron contra Dios y fueron devorados por la guerra.

Su riqueza le permitió un poder de posición. Su obediencia lo llevó a renunciar a sus posesiones mundanas. Su humildad le ayudó a dedicar su vida a grabar las palabras de los demás. Después de la muerte y resurrección de Jesús, Pedro y Pablo predicaron a las naciones, llevando el mensaje de Cristo a todos los que escuchaban. Pero cuando fueron silenciados, fue su escriba Silas quien llevó sus palabras a las generaciones futuras.