Resultados narrador por "Mario Martinez" en Todas las categorias

Tres hermanos cerditos deciden cada uno construir una casa para comenzar a vivir su vida adulta. Dependiendo de sus habilidades y sus preferencias, cada uno decide usar distintos materiales: uno utiliza paja, otro, madera y el último, ladrillos. Apenas terminan de construir sus casas cuando un lobo hambriento les echa el ojo y decide comérselos, sin contar que los cerditos son más listos de lo que parece y que no le será tan fácil hacerlos su próxima cena.

Jack comienza su carrera como cazador de gigantes por pura coincidencia: encuentra en el ayuntamiento de su ciudad un letrero que señala como recompensa por la muerte del temible Cormoran el tesoro entero del gigante. Gracias a su ingenio y valentía logra derrotar a su enemigo y hacerse del tesoro. Su fama se extiende por toda Inglaterra, y varios gigantes acuden a su búsqueda para vengar la muerte de Cormoran, pero Jack siempre logra salir ileso por su gran inteligencia y valor.

Cuando la niña nació, la bruja le puso por nombre Rapunzel y la encerró en una alta torre sin puertas. La única manera de acceder era trepando por el largo cabello de Rapunzel, que dejaba caer por la ventana al llamado de la bruja. Ahí permaneció la niña hasta que un príncipe perdido encuentra la torre y la rescata.

Una familia pobre vive en los lindes del bosque gracias a su comercio de leña. En un invierno frío y húmedo muere la madre, dejando al leñador y a sus dos hijos, Hansel y Gretel, tristes y desconsolados. Con el paso de los años, el leñador decide casarse de nuevo: las cosas marchan bien hasta un nuevo invierno duro, en el que la familia está por morir de hambre. La madrastra le propone al leñador abandonar a los niños en el bosque, pues no les queda más que una hogaza de pan para todos.

Un sastrecillo remeda junto a la ventana cuando escucha a una señora vendiendo mermelada. Antojado, decide comprar unas cucharadas para su desayuno: una la mermelada en un pan y lo deja en la cocina, esperando como premio para cuando termine su trabajo del día. Lo que no contaba era que un puñado de moscas, atraído por el dulzor de la mermelada, decidiría que el pan será su nuevo hogar. Cuando el sastrecillo termina su trabajo y decide comerse su premio, lo encuentra rodeado de moscas y, enojado, toma un trapo para matarlas.

En un reino lejano, un rey viudo se casa con una bruja, convirtiéndola en madre de Blancanieves: una niña con el cabello negro como el ébano, la piel blanca como la nieve y las mejillas rojas como la sangre. La madrastra es vana y cruel y, conforme pasan los años y con ellos la belleza de Blancanieves crece, consumida por la envidia ordena a un cazador que la asesine a lo más profundo del bosque. El cazador, conmovido por la belleza y el buen corazón de Blancanieves, la deja ir, advirtiéndole que jamás puede volver al castillo.

En un reino lejano, una pareja de reyes se preparaba para festejar el nacimiento de hija, invitando a todas las figuras importantes de su reino, excepto a un hada que era famosa por ser colérica. Enojada por no haber sido invitada a la fiesta, el hada puso una maldición sobre la bebé, profetizando que, al cumplir los dieciocho años, se sumiría en un sueño eterno.

Un invierno terrible, Cenicienta pierde a su madre por una enfermedad. Antes de morir, su madre le promete siempre estar con ella y le pide bondad y valor para los años por venir. Su padre toma una nueva esposa después de unos años, una mujer cruel y vana que desprecia a Cenicienta, obligándola a trabajar en labores del hogar desde el alba hasta el anochecer.

Cuando un hombre le promete al rey que su hija es capaz de convertir la lana en oro al pasarla por un huso, la pobre chica se ve encerrada en una mazmorra del castillo del rey sin tener la más remota idea de cómo crear oro. Desesperada, comienza a llorar, y un hombrecillo aparece de la nada prometiéndole que, si le da a su primer hijo, él convertirá toda la lana de esa habitación en el preciado metal.

Una vieja pareja de campesinos deseaba, más que nada, por un hijo. Sucedió que la esposa quedó embarazada y a los siete meses dio a luz a un hijo, pero tan pequeño que apenas alcanzaba la altura de un pulgar. El niño creció en edad, pero no en estatura, y con cada día que pasaba se volvía más inteligente. Un día, por azares del destino, se separó de sus padres e inició una aventura que incluyó caballos que se dirigían solos, una vaca hambrienta y el estómago de un lobo, antes de lograr volver a casa de sus amados padres.