Títulos en Grecia

Pocos relatos han seducido tanto como los de Alejandro, Pericles, Troya o Salamina. El audio libro La gran aventura de los griegos los narra de una forma diferente.

Breve Historia de la Mitología Griega nos ofrece un panorama completísimo de las deidades del mundo clásico. Fernando López Trujillo no se detiene en una enumeración de los Dioses Olímpicos y sus atributos, sino que primero nos hace ver la importancia rectora de la mitología en el mundo antiguo, para mostrar a continuación las apasionantes historias que pueblan esta mitología.

Hace miles de años, en la Antigüedad, las ayas griegas contaban a los niños historias a las que llamaban mythoi, que no se diferenciaban en esencia de las narraciones que solemos calificar como cuento y que tratan sobre sucesos extraordinarios, ya sean reales o inventados. Los mythoi tenían como protagonistas a seres divinos o semidivinos objeto de culto entre el pueblo griego. También tenían como protagonistas a héroes que podían contar con el favor, o disfavor, de esos dioses. Hoy día esas viejas historias han quedado sepultadas bajo capas de olvido.

El Banquete forma parte de los Diálogos, legado literario y filosófico de Platón. Esta obra se desarrolla en un banquete al que van invitados importantes, entre ellos Sócrates. Erixímaco propone que cada uno de los presentes haga un discurso en alabanza del Amor, de Eros, y de ahí se derivan los siete discursos que lo componen y es así que el amor se hace presente desde diferentes puntos de vista.

En una época en la que aún no existía la filosofía en la antigua Grecia, sus habitantes necesitaban una interpretación consistente a su realidad inmediata y, aunque sus respuestas no podían comprobarse, sirvieron para darle sentido a sus vidas, por momentos sumergidas en la ignorancia y el misterio. ¿Quieres conocer los orígenes de esta civilización siempre explicados a través de mitos y leyendas protagonizadas por dioses profundamente humanizados?

Publicada en 1940 y considerada una obra maestra, La vida privada y pública de Sócrates consagró a René Kraus como biógrafo de excepción. René Kraus realiza impagables descripciones del filósofo, de algunos de sus célebres contemporáneos y del ambiente de la ciudad y la época, subrayando la tesis que subyace en esta obra: que los seres excepcionales, incluso cuando son incomprendidos y maltratados en vida, terminan imponiendo su elevado ejemplo moral y proporcionan a la humanidad un horizonte de civilización.

Espartaco, un esclavo de origen tracio cuyos primeros años de vida están escondidos en las brumas de la historia, es una de las figuras más famosas de la antigüedad. Probablemente fue el gladiador más famoso de todos y parte de su historia sirvió de inspiración para la galardonada película Gladiador. A pesar de que millones de personas están familiarizadas con su historia, Espartaco sigue siendo una figura extrañamente misteriosa y su faceta más íntima nunca ha sido revelada al mundo.

Pocos relatos han seducido tanto como los de Alejandro, Pericles, Troya, o Salamina. El libro La gran aventura de los griegos los narra de una forma diferente. Ofrecemos un extracto del capítulo de la batalla de las Termópilas. La Razón: Siguiendo La gran aventura de los griegos se tiene, como en otros pueblos pero aquí mucho mejor documentado, un catálogo de la humanidad, de sus aciertos, sus vicios, y sus miserias.

Experimente un año extraordinario entre la gente real de la antigua Grecia viendo cómo se preparan para el evento más importante de su calendario. Estamos en el año 248 a. C y los antiguos griegos esperaban con ansias los 133º Juegos Olímpicos. Celebrados cada cuatro años en honor a Zeus, rey de los dioses Olímpicos, los Juegos son el punto culminante del calendario antiguo y un evento tanto social como deportivo.

Culminadas dos de las tres guerras médicas entre el mundo heleno y Persia, un nuevo orden se había instaurado en el mundo occidental del siglo V a.C. Los griegos se habían convertido en el muro de defensa de Europa, con el consiguiente desarrollo y riqueza derivado de tal condición. Sin embargo, el éxito muy pronto traería envidias, resentimientos e intolerancias sobre todo en sus dos pueblos más importantes.

El héroe Teseo, para salvar a los atenienses de una grave condena, debe partir de inmediato hacia Micenas donde deberá enfrentar dos grandes pruebas: vencer al Minotauro y escapar del laberinto.

El esfuerzo griego por construir un espacio humano donde fuera posible la justicia y donde el destino común estuviera regido por la voluntad de los hombres se vinculó desde el origen a la existencia de ciudadanos: ellos eran la ciudad y, por tanto, el Estado.

Henry Mulford Tichenor (1858 - 1922) was a writer and journalist, who was a very active free thinker in the early Twentieth Century. A special target of Tichenor was organized religion, which he viewed as an absurdly contrived cultural artefact. In The Olympian Gods he applies a critical scalpel to the religion of the ancient Greeks, which he regarded as an obvious precursor to Christianity.

At the time of his death in 1927, John Bagnell Bury was easily the most honored English historian of his era. Bury, an esteemed Cambridge scholar, wrote what is considered the finest one-volume history of ancient Greece in the English language. His beautifully crafted survey of Greek civilization begins with the description of Bronze Age settlements which appeared on the Greek mainland and on the island of Crete. The story takes us on a strange and exciting series of adventures which result in the development of independent city-states constantly embroiled in division and war.

Sin embargo, quizás el logro más significativo en toda la historia espartana fue la derrota de los atenienses en la Guerra del Peloponeso. Este conflicto, que duró aproximadamente 30 años, enfrentó a las dos ciudades-estado griegas más grandes de la época, Atenas y Esparta, y el resultado, la victoria espartana, ayudó a remodelar todo el mundo antiguo. Este fue el comienzo de un período de hegemonía espartana que fue radicalmente diferente de cuando los atenienses se establecieron en la cima del mundo griego.

Un momento crucial para la sobrevivencia del mundo occidental. Hacia 500 años antes de Cristo, el imperio Persa, acaso el más grande de su tiempo, anhelaba conquistar Europa. Sin embargo, nunca imaginó que en el estrecho paso de las Termópilas conocería la fuerza de un pueblo, el griego, que haría de su amor por la libertad su mejor arma.

Considerada como el enfrentamiento militar más importante y crucial de la antigüedad, las consecuencias nacidas tras este emocionante episodio histórico marcaron el rumbo definitivo no sólo de Grecia y Persia, sino de todo el mundo occidental. Ambas naciones, a la sazón las dos naciones más grandes de la época, se enfrascaron en una guerra colosal que empezó en el siglo V antes de Cristo, que duró más de 60 años, y que concluyó con la derrota de quien menos se esperaba: Persia.

La historia de un pueblo que supo mezclar democracia y esclavitud, conocimiento y mitología, belleza y violencia, convirtiéndose así en la cuna de la civilización occidental. En la historia de Grecia aparecen infinidad de factores que influyen en la creación de una cultura que sienta las bases de todas las culturas occidentales posteriores.

Es difícil encontrar una isla en el mapa más central que Sicilia. Situada en la encrucijada entre Europa y África, y entre el Mediterráneo oriental y occidental, Sicilia rara vez ha sido gobernada como un Estado independiente y unificado. Sin embargo, la isla siempre ha ocupado un asiento de primera fila en algunos de los acontecimientos más importantes de la historia, y en ningún otro lugar es más evidente que en la antigüedad.

La batalla de las Termópilas es una de las batallas más famosas de la historia humana. Representa dos de las culturas más prominentes del mundo antiguo, el Imperio persa liderado por los aqueménidas y los griegos fragmentados, pero con un gran progreso cultural. También incluyó a algunos de los líderes más famosos de la historia, como el rey persa Jerjes y el rey y general espartano Leónidas.