Al principio de mi carrera en fisioterapia, varios casos desafiantes me llevaron a explorar la conexión mente-cuerpo. Vi resultados asombrosos al combinar el tratamiento para la naturaleza interconectada del dolor físico con profundas heridas emocionales.
Me convertí en fisioterapeuta y educadora de partos de Lamaze International en 1978. Pensé en convertirme en médico, pero me decidí por la fisioterapia, porque el enfoque de la fisioterapia integra mi amor por los deportes, las actividades al aire libre y la medicina. Me encantan las actividades al aire libre y las ciencias de la vida, así que es una bendición incorporar ambas en el trabajo de mi vida. Mi entrenamiento especializado incluyó terapia manual, deporte, columna vertebral, ortopédica, neurológica, trauma (niñez y combate) y rehabilitación ob-ginecológica.
Vi a pacientes masculinos y femeninos cuyo dolor y síntomas no tenían ninguna lesión física o trastorno estructural relacionados. Trabajé con profesionales de la salud mental para resolver el dolor y la limitación físicos y no físicos. Cuando tiene dolor, no siempre puede determinar por qué, pero lo sabe con certeza: ¡duele y necesita ayuda!
Ya sea que las quejas fueran vagas o específicas, me di cuenta de que estos pacientes tenían dolor y patología más allá de lo físico. Coordiné mi tratamiento de fisioterapia con el trabajo de salud mental para ayudar a los pacientes a avanzar más rápidamente hacia la curación total. Cuando el paciente se enfrentó a un trabajo emocional o mental difícil, yo le proporcioné el consuelo, la alegría y el refrigerio que brindan un toque seguro y respetuoso, un corazón atento y una atención cariñosa y experimentada. A veces, el asesoramiento avanzaba lentamente y el paciente podía afrontar nuevos desafíos. Luego busqué un tratamiento de fisioterapia más agresivo y un reentrenamiento que se centró en la terapia manual y la corrección estructural. El objetivo era resolver el dolor físico, los problemas estructurales, los trastornos del equilibrio y equipar al paciente con habilidades para la vida saludable. Abordé las cuatro áreas: cuerpo, mente, corazón (emociones) y espíritu.
Finalmente, fui bendecido con la reputación de lograr una curación integral en casos desafiantes.
Cada persona es única y especial. Cada historia y cada dolor también lo son. No te rindas. Puede liberarse del dolor físico y las heridas emocionales. Puedo ayudar.
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