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La vida del Buscón, de Quevedo - Análisis y contexto

La vida del Buscón, de Quevedo - Análisis y contexto

Título

La vida del Buscón

Autor

Francisco Gómez de Quevedo y Villegas

Publicado

1626

Longitud

ca. 198 páginas

Época

Siglo de Oro español

Ambientación

España (principalmente Segovia, Alcalá de Henares, Toledo, Madrid y Sevilla)

Géneros

Novela picaresca, Sátira social, Autobiografía ficticia

Tiempo de la trama

Siglo XVII

Temas principales

Ascenso social

Engaño y apariencias

Crítica a la sociedad española

Picaresca y delincuencia

Supervivencia en un mundo hostil

Adaptaciones

Adaptación teatral por Ricardo López Aranda (1972)

Película dirigida por Luciano Berriatúa (1979)

Cómic El Buscón en las Indias por Alain Ayroles y Juanjo Guarnido (2019)

Calificación

3.61 / 5 en Goodreads

Acerca de La vida del Buscón

Aunque la conocemos como La vida del Buscón (también El Buscón), la novela se publicó por primera vez en Zaragoza en 1626 con el título de Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos; ejemplo de vagamundos y espejo de tacaños. Es una novela del género picaresco escrita por Francisco de Quevedo y está considerada una de las grandes obras maestras de la literatura española. Es la única novela que escribió Quevedo, aunque él mismo negó ser el autor, posiblemente para no tener problemas con la Inquisición.

Narra las aventuras de Pablos, un pícaro que intenta ascender socialmente a pesar de sus orígenes humildes. El autor emplea un estilo satírico y mordaz para criticar la sociedad de su época, especialmente la obsesión por las apariencias y el deseo de escalar posiciones sociales. La sátira es tan exagerada que en algunos momentos se convierte en una caricatura sangrienta. No hay ninguna finalidad didáctica en la novela. No hay juicio, únicamente se pone al lector delante de una realidad descarnada y cruda.

Antes de su primera publicación ya circulaban copias manuscritas. Probablemente, Quevedo la redactó entre los años 1603 y 1608, sin intención de publicarla. Las copias circulaban de forma clandestina y la primera edición de 1626 se hizo sin el consentimiento del autor.

Se considera una de las obras más representativas del género picaresco, junto con El Lazarillo de Tormes y Guzmán de Alfarache. La novela destaca por su lenguaje ingenioso, lleno de juegos de palabras y dobles sentidos, así como por sus descripciones grotescas y caricaturescas de los personajes. A través de la historia de Pablos, Quevedo ofrece una visión crítica y desencantada de su época.

Trama de La vida del Buscón

La novela está dividida en tres partes. En el Libro Primero nos presenta al protagonista, un joven segoviano llamado Pablos, hijo de un barbero y de una mujer considerada bruja por los vecinos. Su hermano, que morirá por unos azotes, se dedicaba a robar a los clientes de su padre. Pablos entra en la escuela y conoce al joven Diego, que después será enviado por su padre a estudiar a Alcalá de Henares y se llevará a Pablos como sirviente. Allí, el director de la institución, el Dómine Cabra, los hará pasar hambre y muchas penalidades. El tío de Pablos, verdugo en Segovia, le da la noticia de que su padre ha muerto ajusticiado y que su madre está presa por la Inquisición y probablemente la quemarán en la hoguera. Además, le pide que vuelva a Segovia y aprenda con él el oficio de verdugo.

En el Libro Segundo, durante su viaje a Madrid, Pablos se va encontrando personajes variopintos, a cada cual más peculiar y estrambótico: un loco, un maestro de esgrima, un clérigo poeta, un soldado, un ermitaño, un genovés. Cuando finalmente está entrando en Segovia ve el cadáver de su padre descuartizado y expuesto como ejemplo para maleantes. Después de encontrarse con su tío, en vez de convertirse en aprendiz de verdugo recoge su herencia y se marcha a Madrid.

En el Libro Tercero conoce a Toribio que lo introduce en un grupo de pícaros y rufianes. Como consecuencia de sus relaciones, es encarcelado. Consigue escapar después de sobornar a todos. Se refugia en una posada, donde se hace pasar por persona acaudalada. Su intención es casarse con una dama, pero lo descubre un amigo de su antiguo amo don Diego, y termina apaleado. Decide marchar a Toledo, donde entra en una compañía de cómicos. Luego corteja a una monja y finalmente se marcha a Sevilla; por el camino se une a un grupo de rufianes y se gana la vida haciendo trampas en el juego. Una vez en la ciudad, se mete en peleas, y vive de robos, engaños y estafas. En una de las huidas de los representantes de la ley conoce a la Grajales, una prostituta que le propone ir juntos a las Indias para buscarse la vida y prosperar. En este final, el autor sugiere que continuará la historia en una segunda parte que Quevedo no llegó a escribir.

A lo largo de toda la novela, Pablos intenta sin éxito dejar atrás sus orígenes humildes y convertirse en un caballero respetable. Sin embargo, sus planes siempre fracasan y acaba regresando a la vida delictiva. El relato termina con Pablos a punto de embarcarse hacia América, sin haber logrado cambiar realmente su destino a pesar de los esfuerzos por ascender socialmente.

Los personajes en La vida del Buscón

  • Pablos: Protagonista y narrador de la historia. De origen humilde, busca ascender socialmente haciéndose pasar por caballero. A lo largo de la novela, se ve enredado en diversas aventuras y engaños, en los que muestra su astucia y picardía. El constante deseo de mejorar su posición social lo lleva a adoptar diferentes identidades y oficios, desde estudiante hasta actor y poeta.

  • Don Diego Coronel: Joven de familia noble con quien Pablos estudia en su juventud. Representa el contraste social con Pablos y sirve como un recordatorio constante de las aspiraciones del protagonista. Su presencia en la historia resalta las diferencias de clase y las dificultades de Pablos para ascender socialmente.

  • Don Alonso Coronel de Zúñiga: Es un caballero honrado y padre de don Diego, el amigo y amo de Pablos. Decide sobre el destino de Pablos en la medida en que lo toma como un servidor para su hijo Diego, y en cuanto considera que Pablos es una mala influencia para su hijo, decide abandonarlo a su suerte.

  • Alonso Ramplón: Tío de Pablos y verdugo de Segovia. Personifica la herencia vergonzosa que Pablos intenta superar. Su oficio y comportamiento representan el bajo estrato social del que Pablos quiere escapar, y sirve como un contrapunto a las aspiraciones del protagonista.

  • Dómine Cabra: Licenciado y dueño del lugar donde estudian Pablos y Don Diego. El hombre vive en la absoluta miseria y, para ocultarla, trata de convencer a los pupilos de que lo mejor para el cuerpo es comer poco. Por su negligencia, los alumnos sufren desnutrición y uno de ellos muere. Su figura caricaturesca representa la crítica de Quevedo a ciertos aspectos de la sociedad de su época.

  • Clemente Pablo: Padre de Pablos, barbero y ladrón. Su vida delictiva y ejecución marcan profundamente a Pablos, motivándolo a buscar una vida mejor.

  • Aldonza de San Pedro: Aficionada a la bebida y hechicera. Su comportamiento vergonzoso contribuye al deseo de Pablos de escapar de su origen.

  • Don Toribio: Llamado Toribio Rodríguez Vallejo Gómez de Ampuero y Jordán. Es un hidalgo empobrecido al que Pablos conoce en Madrid. Aparenta ser un caballero para subsistir. Introduce a Pablos en el mundo de los pícaros. Representa la decadencia de la nobleza.

  • La Paloma: Casera de Pablos en Madrid. Personifica la corrupción y el engaño en la sociedad urbana.

  • Cipriana: Es el ama de la casa de Alcalá, una mujer que reza mucho y, a la vez, es alcahueta. Junto a Pablos, se asocia para engañar a los amos y robarles parte del dinero usado en comprar comida. Representa la hipocresía y la doble moral.

  • Doña Ana: Joven de la que Pablos se enamora en Madrid. Simboliza las aspiraciones amorosas y sociales del protagonista.

  • La monja: Es una joven religiosa de un convento de Toledo que se enamora de Pablos y le envía cartas. Por ella, Pablos se convierte en un galán de monjas, pero, al descubrir que ese amor es solo virtual, se cansa y la abandona.

  • Mata/Matorral: Antiguo compañero de estudios de Pablos, ahora dedicado a la delincuencia. Representa la vida criminal en Sevilla.

  • La Grajales: Prostituta con la que Pablos se relaciona en Sevilla. La conoce en una iglesia en la que se refugia cuando lo persiguen por sus fechorías. Simboliza la caída moral del protagonista al final de la novela.

Ubicación geográfica, temporal y cultural

Un recorrido por la España del Siglo de Oro

La trama de La vida del Buscón se desarrolla en varias ciudades españolas de principios del siglo XVII. El protagonista, Pablos, inicia su periplo en Segovia, su ciudad natal. De allí se traslada a Alcalá de Henares para estudiar, siguiendo los pasos de su amo don Diego. Alcalá era uno de los centros de estudios más importantes de España, con varios colegios universitarios e instituciones religiosas.

El recorrido continúa por Madrid, centro del poder político de la época, donde Pablos intenta hacerse pasar por caballero. Luego viaja a Toledo, importante centro cultural y religioso, y finalmente acaba en Sevilla, principal puerto de conexión con las Indias. Este itinerario refleja la diversidad geográfica y social de la España de aquel tiempo.

El largo periplo que realiza Pablos desde su ciudad natal hasta Sevilla sirve a los lectores actuales para conocer de primera mano las condiciones de vida de los viajeros de la época, el mundo de las posadas y los personajes que las habitaban, la dificultad para viajar en aquellos tiempos, así como los personajes que vivían del pillaje y el engaño. Más allá de la historia, la novela es un retrato realista de las condiciones de vida de la época.

La España de Felipe III

La novela se sitúa en los primeros años del siglo XVII, durante el reinado de Felipe III (1598-1621), de la Casa de Habsburgo. Es la época de esplendor cultural conocida como Siglo de Oro, en la que florecen el pensamiento, el arte y las letras españolas. Algunas de las formas estéticas y géneros literarios españoles de la época influyeron en la literatura universal.

Durante el reinado de Felipe III, conocido como “el Piadoso” se convirtió en práctica habitual la venta de cargos para incrementar los ingresos de la Corte. Su reinado se caracterizó por la delegación de poder en sus validos, sobre todo el duque de Lerma. España alcanzó su máxima expansión territorial y hubo un periodo de paz, conocido como la Pax Hispanica, que permitió al país ejercer su hegemonía sin guerras.

Quevedo, que escribe la novela probablemente en la primera década del siglo, aunque no se publica hasta casi veinte años después, plasma en su obra la realidad de su tiempo: una sociedad obsesionada con las apariencias y el honor, donde la pobreza y la picaresca conviven con el lujo de la nobleza y el clero.

Una sociedad en crisis

La España que retrata Quevedo es una sociedad estamental rígida, donde la movilidad social es casi imposible. La limpieza de sangre y el origen noble son requisitos indispensables para ascender, lo que lleva a muchos, como Pablos, a intentar fingir un estatus que no poseen.

El autor critica duramente la hipocresía y la corrupción de su época. Muestra una galería de personajes de todas las clases sociales, desde estudiantes y clérigos hasta nobles y pícaros, y revela los vicios y defectos de cada grupo.

La crisis económica y el empobrecimiento de amplios sectores de la población favorecen el auge de la picaresca. Este fenómeno queda reflejado en la novela a través de las peripecias de Pablos, los engaños y estafas a los que recurre para sobrevivir en un mundo que le resulta hostil.

Motivos principales y contexto

El principal motivo de La vida del Buscón es la crítica mordaz a la sociedad española del siglo XVII y la imposibilidad del ascenso social. A través de las desventuras del protagonista Pablos, Quevedo retrata de manera satírica y mordaz una sociedad corrupta y decadente, donde los valores morales han sido reemplazados por las apariencias y el engaño. El deseo frustrado de Pablos de ascender socialmente y dejar atrás sus humildes orígenes sirve como hilo conductor de la trama.

Quevedo critica la hipocresía y la corrupción de la Iglesia. En la novela aparecen clérigos que se aprovechan de su posición y de la religión para manipular a la gente y obtener beneficios personales. Del mismo modo, arremete contra la nobleza y la aristocracia por su vida frívola y el despilfarro, sin preocuparse por los demás.

También aprovecha el autor para hacer una crítica política y a la corrupción que la rodea. El protagonista se ve envuelto en situaciones en las que los funcionarios abusan de su poder y se aprovechan de los débiles. Esto forma parte de la visión pesimista que se reconoce en toda su obra sobre la realidad política de su tiempo.

Un motivo importante en la novela es el determinismo social. Quevedo sugiere que el origen y la clase social determinan el destino de una persona, por mucho que esta intente cambiar su situación. Esto se refleja en los constantes fracasos de Pablos al intentar hacerse pasar por caballero, siendo siempre desenmascarado y castigado por su atrevimiento. La novela también critica la hipocresía de una sociedad obsesionada con la “limpieza de sangre” y los títulos nobiliarios.

Símbolos literarios en La vida del Buscón

Francisco de Quevedo utiliza el simbolismo y la alegoría para enriquecer la narración. El más destacado es el propio protagonista, que simboliza la figura del pícaro que utiliza su astucia y falta de escrúpulos para sobrevivir.

También el entorno urbano de la novela se convierte en un símbolo del caos y la deshumanización. En las ciudades, la miseria y la corrupción son algo corriente. En la descripción de sus calles, las tabernas y los burdeles vemos una sociedad en decadencia, donde escasean los valores morales.

Un símbolo importante en la novela es la ropa, que representa las apariencias y el engaño. Pablos constantemente cambia de vestimenta para aparentar ser de una clase social superior, pero sus disfraces nunca logran ocultar su verdadera naturaleza. Otro símbolo relevante es la comida, o más bien la falta de ella. El hambre constante de Pablos y otros personajes simboliza la pobreza y las carencias materiales y morales de la sociedad.

El viaje de Pablos por diferentes ciudades y ambientes sociales simboliza su búsqueda infructuosa de identidad y aceptación. Finalmente, las frecuentes escenas escatológicas y grotescas sirven también como símbolos de la degradación moral y la corrupción que Quevedo percibe en la sociedad de su tiempo.

Recepción e impacto

La recepción contemporánea de El Buscón ha sido muy positiva entre los críticos literarios y académicos. La obra es considerada una de las cumbres de la literatura española y un ejemplo magistral del estilo conceptista de Quevedo. Los lectores actuales valoran especialmente el ingenio lingüístico, el humor ácido y la mordaz crítica social que caracteriza la novela.

La influencia de El Buscón sigue siendo notable en la literatura contemporánea. Muchos autores modernos han reconocido su deuda con Quevedo, especialmente en el uso del lenguaje y la sátira social. La obra también es objeto de estudio frecuente en universidades de todo el mundo, donde se analiza como ejemplo destacado de la literatura del Siglo de Oro español.

En cuanto a adaptaciones recientes, destaca la versión en cómic titulada El Buscón en las Indias, publicada en 2019 por el guionista Alain Ayroles y el dibujante Juanjo Guarnido. Esta obra imagina las aventuras del protagonista en América, y da continuidad al final abierto de la novela original.

En 1972 fue adaptada al teatro por Ricardo López Aranda y estrenada en el Teatro Español de Madrid. En 1979 fue llevada al cine por Luciano Berratúa. Además, a lo largo de la historia, ha sido traducida a muchos idiomas.

La vida del Buscón en Audible

Historia de la Vida del Buscon

La narración de Héctor Navarro destaca por su acento y profesionalidad. La producción incluye fondos musicales que complementan la obra y crean una experiencia auditiva extraordinaria para el oyente.

Título

Año

Idioma

Narrador

Duración

Calificación

La vida del Buscón

2008

Español

Héctor Navarro

04:26

4.6 / 5

Vida y obra de Francisco de Quevedo

Nació en Madrid en 1580. Sus padres eran hidalgos y desempeñaron varios cargos en la corte, lo que le facilitó una buena educación, primero en la Universidad de Alcalá y luego en la de Valladolid, donde empezó a escribir sus primeros poemas.

Destacó por su ingenio y su dominio del lenguaje. Su estilo se caracteriza por el llamado conceptismo, que consiste en el uso de juegos de palabras, metáforas ingeniosas y un vocabulario directo y conciso. Además de su única novela, El Buscón, cultivó la poesía, el teatro y los ensayos políticos y morales.

Fuera del ámbito literario, Quevedo tuvo una intensa vida política. Fue secretario del duque de Osuna y participó en diversas intrigas cortesanas. Esta actividad le valió el destierro en varias ocasiones e incluso la prisión. A pesar de estas dificultades, nunca dejó de escribir, produciendo algunas de sus mejores obras durante sus períodos de reclusión.

En 1634, obligado por el duque de Medinaceli, se casó con la viuda Ana de Mendoza, pero el matrimonio duró solo tres meses. Murió en 1645 en Villanueva de los Infantes, Ciudad Real.

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