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Autor | José Zorrilla |
Publicado | 1844 |
Longitud | ca. 219 páginas |
Época | Romanticismo español del siglo XIX |
Ambientación | Sevilla |
Géneros | Drama romántico, Teatro en verso, Leyenda |
Tiempo de la trama | Siglo XVI |
Temas principales | El libertinaje y sus consecuencias La redención por el amor El honor y la venganza La religión y la salvación El desafío a las normas sociales |
Adaptaciones | Película de 1922 dirigida por Ricardo de Baños Adaptación teatral de Gustavo Pérez Puig para TVE en 1966 Adaptación a historieta por Abraham Román Antelo en 2009 Adaptación a historieta por José Joaquín Rodríguez y Jesús Méndez en 2009 Múltiples representaciones teatrales anuales en España |
Calificación |
Acerca de Don Juan Tenorio
Don Juan Tenorio es una obra de teatro de José Zorrilla publicada por primera vez en 1844 que se ha convertido en uno de los dramas más conocidos de la literatura española. Esta pieza teatral retoma el mito de don Juan, un seductor libertino que desafía las normas sociales y religiosas, y lo convierte en el protagonista de una historia que mezcla elementos románticos, religiosos y fantásticos. Aunque está escrita en el siglo XIX, la obra se desarrolla en la Sevilla del siglo XVI. Está dividida en dos partes: la primera con cuatro actos y la segunda con tres.
Lo que hace única esta versión del mito de don Juan es cómo Zorrilla logra combinar temas de honor, amor y redención en un marco que incluye elementos sobrenaturales. La obra es conocida por sus versos memorables y por su estructura dramática que alterna entre escenas cómicas y trágicas. Además, Don Juan Tenorio se ha convertido en una tradición cultural en España, donde se representa cada año en las fechas cercanas al Día de Todos los Santos. Su influencia se extiende más allá de la literatura, y ha sido adaptada en incontables versiones al cine, la televisión e incluso al cómic, lo que demuestra su continua relevancia en la cultura popular.
Trama de Don Juan Tenorio
Don Juan Tenorio, un célebre seductor, regresa a Sevilla después de una larga ausencia. La noche de carnaval se encuentra en una hostería con don Luis Mejía para comparar sus hazañas de seducción durante el último año, pues los dos han hecho una apuesta para saber quién consigue conquistar a más mujeres, lo que ha generado un gran escándalo en la ciudad. Después del recuento de las víctimas, don Juan resulta vencedor.
Los dos hacen una nueva apuesta: don Juan asegura que puede seducir a una novicia que va a tomar los votos y, además, a la prometida de don Luis, doña Ana de Pantoja. Pero don Gonzalo de Ulloa, padre de la novicia llamada Inés, y don Diego, padre de don Juan, se enteran del plan y deciden desbaratarlo. Don Juan se las arregla para que arresten a don Luis y encontrar así el camino libre para su fechoría.
Don Juan acude a la casa de doña Ana y soborna a Lucía, la criada, para que lo ayude a entrar en la casa. Lucía acepta el dinero que le ofrece don Juan y se compromete a abrirle la puerta por la noche. Mientras tanto, en el convento, doña Inés lee una carta que le envía don Juan a través de la criada Brígida. Don Juan entra en el convento, le declara su amor y doña Inés se debate entre respetar sus votos o hacer caso a sus sentimientos hacia don Juan. Finalmente él la rapta y se la lleva a su casa a orillas del Guadalquivir. Ya en la casa de don Juan, se presentan por separado don Luis y el padre de doña Inés. Don Juan mata a los dos y huye en un barco hacia Italia.
En la segunda parte, cinco años después, don Juan regresa a Sevilla y visita en el cementerio el panteón de la familia, donde está enterrado su padre. En el cementerio también están enterrados doña Inés, su padre don Gonzalo y don Luis. La estatua de doña Inés cobra vida y le dice que para salvarse tiene que arrepentirse. Aparecen los amigos de don Juan, a los que confunde con fantasmas. Los invita a cenar y para demostrar que no tiene miedo invita también a la estatua de don Gonzalo.
Durante la cena con los amigos, se presenta el fantasma de don Gonzalo, que lo invita a visitarlo al cementerio en correspondencia. Don Juan acude a la cita al día siguiente, y don Gonzalo le anuncia que le ha llegado la hora de encontrarse con la muerte. El fantasma de doña Inés intercede por él y ambos suben al cielo. La obra termina con un mensaje de esperanza, pues incluso el mayor pecador puede ser salvado por el amor verdadero y el arrepentimiento sincero.
Los personajes en Don Juan Tenorio
Personajes principales
Don Juan Tenorio: Protagonista de la obra, es un joven seductor y libertino. Desafía las normas sociales y religiosas con su comportamiento arrogante y temerario. A lo largo de la obra, experimenta una transformación espiritual, pasando del cinismo a la redención por amor.
Doña Inés de Ulloa: Joven novicia e hija de don Gonzalo. Representa la inocencia y la pureza. Su amor por don Juan es tan profundo que trasciende la muerte, convirtiéndose en el medio para la salvación del protagonista. Simboliza el poder redentor del amor verdadero y la misericordia divina.
Don Luis Mejía: Rival de don Juan en conquistas amorosas. Representa una versión menos extrema del libertinaje y sirve como punto de referencia y comparación para los actos de don Juan. Su presencia añade tensión y es un elemento importante para llegar al clímax de la obra.
Don Gonzalo de Ulloa: Padre de doña Inés y comendador de Calatrava. Representa la autoridad y el honor. Se opone firmemente a la relación entre su hija y don Juan, llegando a morir para impedirla. En la parte final de la obra actúa como mensajero divino y advierte a don Juan sobre su inminente muerte.
Personajes secundarios
Brígida: Criada de doña Inés. Es cómplice de don Juan en el encuentro con la novicia y en el rapto. Su papel, aunque breve, es crucial en el desarrollo de la trama.
Ciutti: Criado fiel de don Juan. Lo ayuda en sus planes y fechorías, mostrando una lealtad inquebrantable hacia su amo. Aporta comicidad en algunas escenas y sirve de contrapunto al carácter noble de don Juan.
Don Diego Tenorio: Padre de don Juan. Representa la decepción paterna ante el comportamiento de su hijo y el conflicto generacional junto a la reivindicación de los valores familiares tradicionales.
La Abadesa: Superiora del convento donde está doña Inés. Intenta protegerla de las influencias externas, especialmente de don Juan. Simboliza la autoridad religiosa y moral.
El capitán Centellas: Amigo de don Juan. Participa en algunas de sus aventuras y es testigo de los acontecimientos sobrenaturales al final de la obra.
Avellaneda: Otro amigo de don Juan que, junto con Centellas, presencia los acontecimientos finales de la historia.
Lucía: Criada de doña Ana de Pantoja. Es sobornada por don Juan para facilitar su acceso a doña Ana.
El Escultor: Artista encargado de las estatuas en el panteón de la familia Tenorio. Su conversación con don Juan sirve para introducir elementos sobrenaturales en la trama.
Ubicación geográfica, temporal y cultural
Sevilla, escenario de pasiones
La trama de Don Juan Tenorio se desarrolla en la ciudad de Sevilla, a orillas del río Guadalquivir. Esta ubicación no es casual, ya que Sevilla era una de las ciudades más importantes y cosmopolitas de España en el siglo XVI, época en la que se desarrolla la obra.
El ambiente sevillano, con sus calles estrechas, patios floridos y el imponente río, proporciona el escenario perfecto para las aventuras y desventuras de don Juan. La ciudad se convierte así en un personaje más, testigo silencioso de los excesos y la posterior redención del protagonista.
El Siglo de Oro español como telón de fondo
Zorrilla sitúa la acción de su obra en 1545, durante el reinado de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Romano Germánico. Esta época se caracterizó por un gran esplendor cultural y artístico, conocido como El Siglo de Oro, pero también por profundos contrastes sociales y morales. España era una potencia mundial, con un vasto imperio colonial, lo que se refleja en la actitud arrogante y desafiante de don Juan, quien se cree por encima de las leyes divinas y humanas.
Sin embargo, en España se producían conflictos internos en una sociedad en transformación. En algunos sectores se denunciaba la decadencia de ciertos valores morales de la nobleza. Por eso, el comportamiento de don Juan choca con los valores tradicionales de honor y religiosidad.
Entre el Romanticismo y la tradición
Aunque ambientada en el siglo XVI, Don Juan Tenorio fue escrita en pleno auge del Romanticismo, un movimiento artístico y cultural que transformó la literatura europea en el siglo XIX. Los románticos valoraban la libertad individual, la pasión y lo sobrenatural, temas que Zorrilla trata magistralmente en su obra.
El público de la época sentía fascinación por los personajes rebeldes y apasionados como don Juan. La obra de Zorrilla conectó con este gusto, pues ofrecía una versión del mito que combinaba el drama amoroso con elementos fantásticos y religiosos.
José Zorrilla escribió Don Juan Tenorio en un momento de gran agitación política en España. El país acababa de salir de una guerra civil (la Primera Guerra Carlista, 1833-1840) y vivía un período de inestabilidad que se reflejaba en la cultura. En este contexto, la obra de Zorrilla, con su mezcla de tradición y modernidad, caló hondo en el público español.
Motivos principales y contexto
José Zorrilla desarrolla en Don Juan Tenorio varios motivos centrales característicos del Romanticismo español. El amor imposible entre don Juan y doña Inés constituye el eje principal de la obra, y representa el conflicto entre la pasión y las convenciones sociales. Este amor provoca una transformación en el protagonista, que evoluciona del libertinaje al arrepentimiento. La redención a través del amor puro es otro tema fundamental, pues el amor de doña Inés logra salvar el alma de don Juan.
El honor y la venganza también juegan un papel importante como motores de las acciones de personajes como don Luis Mejía y don Gonzalo de Ulloa. La obra trata además el conflicto entre el libre albedrío y el destino, cuestionando si las acciones de don Juan son fruto de su voluntad o están predestinadas. El arrepentimiento y la salvación en el último momento añaden un componente religioso a la trama que refleja la importancia de estos temas en la sociedad española de la época.
Símbolos literarios en Don Juan Tenorio
Zorrilla emplea diversos símbolos para enriquecer el significado de la obra. La estatua del comendador representa la justicia divina y el peso de las acciones pasadas. El convento simboliza la pureza y la inocencia, que contrastan con el mundo exterior lleno de tentaciones. La noche y las sombras se asocian con el misterio y el peligro, mientras que el amanecer simboliza la redención y la esperanza.
Las flores, especialmente en la escena final, simbolizan la pureza del amor y la transformación espiritual. El uso de máscaras y disfraces durante el carnaval representa el engaño y la dualidad de la naturaleza humana. Estos símbolos, junto con el lenguaje poético y la estructura en verso, contribuyen a crear una atmósfera romántica y sobrenatural que envuelve toda la obra y refuerza los temas centrales del amor, el honor y la redención.
Recepción e impacto
En la actualidad, Don Juan Tenorio sigue siendo una obra muy apreciada y representada en España. Su popularidad se mantiene especialmente gracias a la tradición de representarla cada año el primer día de noviembre. Esta costumbre, que comenzó en la década de 1860, continúa atrayendo a numerosos espectadores que disfrutan de la mezcla de romance, drama y elementos sobrenaturales que ofrece la obra.
La influencia de Don Juan Tenorio se extiende más allá del teatro. Sus versos más conocidos, como “¡Cuán largo me lo fiáis!” o “¿No es cierto, ángel de amor”, forman parte del acervo cultural español y son frecuentemente citados en la vida cotidiana. Además, el personaje de don Juan se ha convertido en un arquetipo literario universal que ha servido de inspiración para numerosas obras en diferentes géneros artísticos.
En los últimos años, se han realizado adaptaciones modernas de la obra que buscan acercarla a nuevas generaciones. Por ejemplo, en 2009 se publicaron dos versiones en formato de cómic; una de ellas ofrece una interpretación más libre y contemporánea de los personajes. Estas adaptaciones demuestran la versatilidad y vigencia de la obra de Zorrilla en el siglo XXI.
El reconocimiento a Don Juan Tenorio se refleja también en el espacio urbano. En Alcalá de Henares, por ejemplo, existen calles dedicadas a los personajes principales de la obra, como la Avenida de Don Juan Tenorio o la Calle de Doña Inés de Ulloa. Esto muestra cómo la obra sigue siendo un referente cultural importante, capaz de trascender el ámbito teatral y literario para formar parte de la memoria colectiva de la sociedad española.
Don Juan Tenorio en Audible
La versión narrada por Marcos Peña ofrece una experiencia auditiva de calidad superior. El audio ha sido cuidadosamente editado para garantizar un volumen adecuado y eliminar ruidos molestos.
Título | Año | Idioma | Narrador | Duración | Calificación |
2021 | Español | Marcos Peña | 03:37 | 5.0 / 5 |
Vida y obra de José Zorrilla
José Zorrilla fue uno de los poetas y dramaturgos más destacados del Romanticismo español. Nació en Valladolid en 1817 en el seno de una familia tradicionalista. Su familia se trasladó a vivir a Madrid cuando Zorrilla tenía nueve años. Desde joven mostró una gran pasión por la literatura, aunque sus padres lo obligaron a estudiar Derecho. Sin embargo, Zorrilla abandonó los estudios para dedicarse por completo a la creación literaria. Pronto se hizo un nombre en los círculos artísticos de la capital gracias a su talento para la poesía y la declamación.
Su carrera literaria despegó en 1837 cuando leyó un poema en el entierro del escritor Mariano José de Larra. A partir de entonces, se convirtió en una figura central del movimiento romántico español. Cultivó diversos géneros como la poesía lírica, narrativa y el teatro. La obra más conocida de José Zorrilla es, sin duda, Don Juan Tenorio, pero también son destacables sus poemas, leyendas y otras obras de teatro como El zapatero y el rey (1840), El puñal del godo (1843) y Traidor, inconfeso y mártir (1849).
La obra de Zorrilla se caracteriza por un estilo grandilocuente, el dominio del verso y la habilidad para recrear temas y leyendas tradicionales españolas. Cultivó una poesía de tono nacionalista y conservador, aunque en el fondo albergaba ideas más progresistas. Su teatro combina elementos del drama romántico con la tradición del Siglo de Oro español. Aunque fue criticado por algunos excesos retóricos, Zorrilla logró conectar con el público de su época y su influencia perduró en la literatura española posterior.
Zorrilla llevó una vida bohemia y azarosa, con periodos en los que vivió en Francia y México. A pesar de su fama, tuvo problemas económicos frecuentes debido a su mala administración y a la dificultad de cobrar derechos de autor. En sus últimos años recibió diversos reconocimientos como ser nombrado Poeta Nacional y miembro de la Real Academia Española de la Lengua. Falleció en Madrid en 1893.